Published by hugo under Commentary
Hay muchas razones que las parejas en uniуn libre podrнan citar para no casarse. Algunos dirбn que ellos no necesitan un “trozo de papel” para probar que se aman y que existe un compromiso entre ambos. Otros eligen vivir juntos sin casarse para evitar los enredos legales que surgen cuando la relaciуn termina. Las parejas que basan su decisiуn en esta ъltima razуn deberнan tener en mente que aun cuando las relaciones en uniуn libre se disuelven de manera muy simple, ese no es siempre el caso.
Tal vez el ejemplo mбs notorio del pantano legal en el que puede sumergirse una uniуn libre que llega a su fin es el caso de Lee y Michelle Triola Marvin. Lee Marvin, el famoso actor, y su pareja, Michelle, vivieron juntos durante varios aсos. Cuando decidieron separarse, Michelle demandaba su derecho a ser mantenida y a una divisiуn equitativa de los bienes adquiridos durante la relacion, pero el actor no estaba de acuerdo.
Michelle aseguraba que ella y Lee tenнan un acuerdo oral en el que establecieron que “debido a que vivirнan juntos, combinarнan esfuerzos y ganancias, y que los bienes acumulados producto de dichos esfuerzos y ganancias (ya fueran individuales o conjuntas) los compartirнan equitativamente”. De acuerdo a Michelle, el acuerdo tambiйn establecнa que sus contribuciones serнan en forma de servicios, tales como “compaсera, ama de casa, y cocinera”. Michelle buscу ayuda en las cortes de California para que se cumpliera con el presunto acuerdo, de manera que ella tuviera derecho a la mitad de las propiedades que la pareja habнa adquirido.
La primera corte que escuchу el asunto fallу a favor de Lee Marvin. Michelle apelу y la corte de apelaciones estuvo de acuerdo con ella, al menos en teorнa. Concluyу que los adultos que viven juntos son tan competentes como otros individuos para hacer contratos sobre sus ganancias o propiedades. El hecho de que un contrato no estй por escrito no necesariamente quiere decir que no es obligatorio. La corte estableciу que aun los contratos implнcitos pueden hacerse cumplir.
Una vez que la corte determinу que un contrato implнcito relacionado con los derechos de propiedad de los cohabitantes es tambiйn obligatorio, considerу, en un proceso por separado, si habнa o no un contrato vбlido en el caso en particular. La corte, una vez mбs en una decisiуn de apelaciуn, concluyу que Lee Marvin no habнa acordado mantener a Michelle o compartir sus bienes con ella, y por lo tanto ella no tenia derecho a una “pensiуn alimenticia”.
Aunque pudiera parecer que Lee Marvin saliу muy bien librado en este caso, esa libertad le costу mбs de cinco aсos de litigio y gastos significativos de dinero, tiempo y energia. Si la corte hubiera hallado un acuerdo oral, el resultado habrнa sido aъn mбs costoso para Lee Marvin, aunque posiblemente mбs justo para su cohabitante.
Hay una lecciуn que aprender de esta historia. Tal vez la mejor manera de evitar el tipo de situaciуn que enfrentaron los Marvin es llegar a un acuerdo de cohabitaciуn antes de mudarse a vivir juntos. El acuerdo puede establecer de manera obligatoria las expectativas de las partes, de tal manera que una de las partes no termine con una carga financiera no anticipada; o por el contrario, a la parte que se le prometiу la manutenciуn a futuro, se le cumpla dicha promesa. Un abogado experto le puede ayudar a escribir un acuerdo de cohabitaciуn que proteja sus derechos e intereses, y le puede aconsejar cуmo manejar los asuntos en cuanto a dinero y propiedades.
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